Con sus Ojitos fijos en mí y su voz llena de amor me dijo: "Mami tenés un Corazón de Dragón"

¿QUÉ TAN REAL ERES?



Dime, qué tanto puedes callar a esa dulce voz que te habla, que jamás miente, que te dice la verdad, no intenta convencerte de nada, sólo te dice lo que hay allí adentro de ese enorme mar infinito.

Cuántas veces quisiste ocultar la luz, pero aún en lo más profundo el brillo que emana cada partícula de tu alma, iluminó hasta el último rincón. Con todo ese resplandor decidiste no salir, preferiste que nadie viera tu luz.

Quisiste cerrar tus ojos, dormirte ha sido la mejor opción para no escuchar, para no sentir, para evitar quejarte, para adaptarte, te sientes cómodo aún en el dolor, la desilusión y la frustración de una vida que está lejos de ser lo realmente quieres.

Miles de pastillas, miles de excusas, miles de mentiras, interminables horas enfocado en todo aquello que odias, sufriendo, dejando que la mente sea la que hable y hable hasta torturarte… llenándote de miedo, sacando todos los monstruos del cajón.

No hay demonios, no hay Dioses, sólo estás tú, queriendo una u otra vez callarte, ocultarte, dormirte, cerrar los ojos ante tanta belleza de ser energía pura, que va a trascender más allá del tiempo y cualquier dimensión, más allá de tu sueño profundo, y de tu despertar.


Entra sin miedo al gran laberinto, un huésped espera por tí oculto en la oscuridad, extiende tus manos con seguridad, que te dará el mas bello de los regalos, una llave para que abras y traspases cualquier muro, y te liberes de todas las jaulas, y puedas al fin:
ser tú.
Susan Duarte.
Imagen de Cyril Rolando
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