Se dice que el pasado, es pasado y no podemos cambiar nada en el, como si se escribiera cada historia con tinta indeleble…
Que el presente hay que vivirlo y disfrutarlo al máximo para construir un buen futuro, el problema es que a veces hay espacios en blanco en nuestro libro, y los recuerdos de dolor, frustración o tristeza no nos permiten avanzar a la siguiente página…
Al final el futuro se vuelve incierto.
Yo también sufría, lloraba por la partida de alguien a quien amé mucho, mi abuelita Pilar se fue y no dijo adiós, yo no le dije “te amo”, ni “eres muy importante en mi vida”, no dije ni hice muchas cosas, en sus últimos días yo no comprendía ese sentir de no querer que nada pasara y todo siguiera igual.
Es cierto no se puede volver al pasado de forma física, pero sí de forma espiritual a través de la mente por medio por nuestros pensamientos.
La vi llegando una tarde a mi casa contando sus historias, cenó a mi lado y vio su novela, recordé el sabor de sus comidas y sus concejos tan radicales, llené esos espacios, la abracé, le di un beso en la mejía, le dije cuanto la amaba y cuanto la he extrañado todo este tiempo, ELLA SOLO SONRIÓ…
Al abrir mis ojos de vuelta al presente me sentí feliz y sentí su presencia y su olor…
Mi alma al fin se alivió,
hoy la recuerdo con amor porque eso es lo único que nos queda de las personas que se van
su amor…
Susan Duarte